Energías renovables: un sector que gana impulso en el país
La reciente sanción de la Ley de Generación Distribuida y el anuncio de proyectos de gran escala, plantean un escenario favorable para el despegue de las energías limpias en la Argentina. ¿Está en marcha una transformación de la matriz energética nacional? Balance, perspectivas y desafíos pendientes.
Suena el despertador. Encendemos la luz, preparamos un café, nos tomamos el subte para ir a trabajar y subimos en ascensor a la oficina. Para todas y cada una de estas acciones necesitamos energía. Una energía que, en su gran mayoría, proviene de la quema de combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón; una de las actividades que más gases de efecto invernadero (GEIs) emite a la atmósfera y que más contribuye al cambio climático. Pero parece que no será así en un futuro… que ya se hace presente.
“Comienza el fin de la era de los combustibles fósiles”. Este fue el titular con el que algunos medios internacionales decidieron referirse a la conquista del Acuerdo de París para hacer frente al cambio climá- tico en 2015. Su objetivo de que el aumento de la temperatura de la superficie de la Tierra no superase los 2°C sólo se alcanzará reduciendo las emisiones de GEIs y, para que ello suceda, se debe cambiar la matriz energética: es decir, se deben promover las energías renovables. ¿En qué consisten? Son tipos de energía que proceden de fuentes ilimitadas con capacidad de regeneración, como el sol y el viento.
El fin de una era
Lo que parecían llamativos titulares hoy comienzan a encontrar sustento en medidas concretas. El pasado martes 12 de diciembre, en el marco de la Cumbre “Un Planeta” para celebrar los dos años del Acuerdo, el Banco Mundial anunció que dejará de financiar proyectos de exploración y explotación de petróleo y gas a partir de 2019. “Necesitamos invertir en el futuro, no en el pasado”, expresó de forma contundente António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, y agregó: “Necesitamos mayor ambición. El cambio climático se mueve más rápido que nosotros y ésta es una guerra que no podemos permitirnos perder”.
En este nuevo mundo, la región latinoamericana no pasa desapercibida. “Hoy vemos a América Latina emerger como una de las regiones más atractivas para desarrollar nuevas energías renovables y se está acumulando impulso. Desde 2004, la inversión en renovables no convencionales en la región se ha multiplicado por 11, en comparación con un aumento de seis veces en todo el mundo”, explica a La Razón Adnan Amin, director general de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), y destaca el caso argentino: “El enorme potencial de recursos hídricos, eólicos y solares del país abarca su geografía, desde el extremo noroeste hasta el sur patagónico, en gran parte aislado. Al hacer realidad este potencial, Argentina puede aumentar su seguridad energética e impulsar el crecimiento. El progreso se correlaciona con la introducción de un nuevo y sólido entorno de política que ha aumentado el apetito de inversión del sector privado en el país”.
Un nuevo marco legal
Declarado por el presidente Mauricio Macri como el “Año de las Energías Renovables” y empujado por la Ley 27.191 que establece que un 8% de la matriz energética del país proceda de fuentes renovables para fines de este año, el 2017 concluye con algunos avances en la promoción de estas energías. “La consolidación del mercado de escala a través de las licitaciones de RenovAR 1, 1.5 y 2 fue uno de los sucesos más importantes del año”, define Jorge Lew, gerente de proyectos de 360 Energy, compañía generadora de más del 80% de la producción total de energía solar del país. Y argumenta: “Lo relevante es que, por ejemplo, en el caso de RenovAr 2 se abrieron a licitación 1.2 GW (Gigawatt) y el gobierno recibió una oferta nueve veces mayor de potencia”.
El programa de Energías Renovables, RenovAR, del Ministerio de Energía y Minería, busca que la generación de energías renovables se sume a la oferta eléctrica del país con el objetivo de instalar 10.000 MW (Megawatt) hacia fines de 2025. Para ello, se abren licitaciones en las cuales pueden aplicar empresas con solidez financiera. En la última ronda 2.0 del programa, se adjudicaron 66 proyectos en eólica, solar, biomasa y biogás con una considerable reducción de precios.
Otro de los avances del 2017 fue la regulación del “Mater” o “Mercado a Término de Energías Renovables” que permite a los grandes contribuyentes (como comercios o industrias) comprar energía renovable a generadores y comercializadores para garantizar que un 20% de su energía proceda de fuentes renovables para 2025. Para Lew, “por como vienen los precios hoy de las renovables, no va a ser un perjuicio económico para las empresas, sino, por el contrario, un beneficio”.
Desde hace cinco años, la plataforma Escenarios Energéticos incluye al sector privado en un espacio de diálogo con el sector académico y representantes de la sociedad civil con un objetivo claro: generar información y orientar el debate en pos del desarrollo sostenible. “Hay diferencias en las miradas, pero también hay puntos convergentes”, expresa María Eugenia di Paola, coordinadora de Ambiente y Desarrollo Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD Argentina), y resalta: “Lo más importante es haber empezado el ejercicio y que sectores que antes no podían sentarse a hablar, ahora pueden hacerlo. Las distintas miradas coinciden hoy en la necesidad de que haya más incidencia de las renovables y que se tienda a una mayor eficiencia energética”. Al respecto, Melisa Ciurciolo, consultora en Energía del PNUD, subraya: “El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 7, que busca garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos, es el horizonte de todo este trabajo como una plataforma que genera insumo para la posterior toma de decisiones sobre la matriz energética que queremos para el país”.
La generación distribuida
Aprobada el pasado 29 de noviembre, la Ley de Generación Distribuida busca que los usuarios residenciales y del sector privado puedan producir su propia energía a partir de fuentes renovables e inyectar el sobrante, vendiéndolo, a la red eléctrica Juan Carlos Villalonga, diputa- do nacional por Cambiemos y uno de los impulsores de este proyecto, explica: “La generación distribuida hace al sistema eléctrico más confiable y más eficiente al reducirse las pérdidas por transmisión (como los costos en transporte). Es un paso más en la descentralización y democratización energética”.
Analicemos el caso de un hogar que genera energía con paneles solares: una vez que satisface sus necesidades energéticas, podrá derivar el excedente a la red eléctrica, acción que se verá reflejada con un des- cuento/ahorro en la cuenta de elec- tricidad del usuario. Enrique Maurtua Konstantinidis, director de Cambio Climático de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), anticipa: “Toda persona interesada en instalar renovables en su casa debe pensar en una inversión de entre, mínimo, 3.000 a 4.000 dólares. Pero se deben considerar los ahorros económicos posteriores en el consumo diario”.
El interrogante es: ¿termina este 2017 cumpliendo el objetivo del 8% que preveía la ley? Al momento no, pero los expertos son optimistas. “No se va a llegar hoy. Se arrancó cuando se pudo, porque antes no fue posible; es decir, se desarrolló todo lo que se podía desarrollar, incluso co- menzando tarde. Lo que se adjudicó al momento es más de lo que debíamos cumplir”, explica Nicolás Brown, ingeniero especializado en renovables del Centro de Sustentabilidad para Gobiernos Locales (CeSus). Konstantinidis agrega: “El 8% no se va a cumplir este diciembre, pero el compromiso de alcanzar un 20% de fuentes renovables en el pa- ís para 2025 seguro se va a sobrepasar. Es un objetivo que deben cumplir también las propias empresas”. Al respecto, Villalonga es optimista: “Hoy estamos en un sendero muy auspicioso: ingresando a un ritmo de más de 1000 MW anuales llegare- mos a la meta del 20% de origen renovable para 2025”.
Un 2018 de desafíos
Desde una mirada empresaria y con varios proyectos de solar activos en el país (como el que recientemente se luce sobre los techos del metro- bus de la Avenida 9 de Julio), el cofundador de Sustentator, Daniel Nofal, enumera tres desafíos concretos: bajar los costos del panel solar y de los inversores; bajar la tasa y extender el plazo de financiación; y profesionalizar las instalaciones, metodologías y atención al cliente. “Muchos de los instaladores de los sistemas de energía renovable son técnicos entusiastas de cada zona de Argentina, pero la industria tiene que pasar a una nueva etapa mucho más profesional y de escala para ser masiva”, asegura Nofal. En el mis-mo sentido, Brown opina: “Hay mayor interés por parte de las empresas de contratar profesionales, pero todavía hay una brecha en términos de capacitación”. Para el ingeniero, el desarrollo de las renovables va acompañado de la generación de nuevos empleos, como abogados, administrativos y otros profesionales que buscan capacitarse en renovables para participar en los nuevos proyectos.
Pensando a gran escala y a par- tir de la propia experiencia de licitación del Parque Solar Nonogasta en La Rioja, Lew considera “que no basta sólo con que se construyan los parques, sino que es preciso asegurar su funcionamiento”. Para esto, dice Villalonga, es fundamental el accionar político: “Esto debe ser un compromiso de todas las fuerzas po- líticas. Las renovables son hoy las tecnologías verdaderamente estratégicas”. Konstantinidis agrega un factor clave: la concientización. “Además de instalar energías renovables -señala- hay que promover la eficiencia energética, de lo contrario ninguna cantidad de paneles solares será suficiente para un hogar”.
«Es el marco propicio para el despegue de las energías limpias», por Juan Bosch, presidente de SAESA
La Argentina estuvo apartada del enorme crecimiento de las energías renovables que experimentó el mundo en las últimas décadas. A fines de 2014, menos del 1% de la electricidad provenía de fuentes renovables.
Hoy, gracias a la Ley 27.191 -que estableció el Régimen de Fomento para el uso de fuentes renovables de energía destinada a la producción de energía eléctrica-, estamos atravesando un período de progreso en materia de renovables, ya que ha quedado demostrado, con los diferentes proyectos y las posibilidades concretas de inversión, que los desafíos de incorporar energías limpias a nuestra matriz energética fueron asumidos.
Con los proyectos que están dentro de este marco, en pocos años seremos capaces de entregar el 8% de la electricidad total que consume la Argentina. La Ley pide llegar al 20% mínimo hacia el año 2025.
Junto con la sanción de la Ley 27.191, las rondas del RenovAr fueron un avance notable, porque iniciaron con dinamismo el sector. A esto se le debe sumar la Resolución 281 del Ministerio de Energía y Minería, que establece el mercado entre privados. Y también la reciente Ley de Generación Distribuida, sancionada la semana pasada, bajo la cual aún los pequeños usuarios residenciales podrán transformarse en “prosumidores” y producir energía que podrán “autoconsumir” y volcar el excedentes a la red, brindando mayor porosidad y democratización al sistema eléctrico.
En definitiva, contar con una matriz de energía sustentable y competitiva es muy importante, porque es integradora del conjunto de la economía productiva, del desarrollo industrial, del trabajo y del consumo. El desafío es robustecerla para la mejor inserción de renovables y, para ello, es indispensable contar con este marco, porque garantiza el cumplimiento de los derechos dentro del mercado y permite que se vuelva cada vez más atractivo para todos: usuarios, empresas e inversionistas.
“La mujer tiene una mirada de gestión holística e inclusiva”, por Silvia Rojo, directora ejecutiva y presidente de Fundación Ecoandina
Las energías renovables tienen ahora un lugar en la Argentina. Y en cada reunión, en cada medio de comunicación, en cada institución y en cada empresa, hay siempre un número minoritario pero creciente de mujeres incidiendo en los distintos niveles del sector. Algunas trabajan desde hace años, otras se formaron recientemente en profesiones específicas y están bregando por incorporarse.
La mujer tiene una mirada de gestión holística e inclusiva: piensa en la tecnología energética como solución diaria y de mejora en la calidad de vida. A nivel empresarial, aporta una mirada más integral a los proyectos, ve el negocio, pero también el impacto ambiental y el derrame social como un todo.
Lo mismo sucede a nivel político, de difusión y como profesional técnica.
Quizás porque siempre fue la mujer, y sigue siéndolo, la gran administradora de la energía familiar: se ocupa del bienestar de los suyos, mientras comunica y educa diariamente medidas de eficiencia energética ya internalizadas por todos. Frases como “apagá la luz cuando salgas”, “no dejes la hornalla encendida”o “bañate rápido”, medidas tan necesarias para generar con renovables sólo lo que necesitamos y cambiar malos hábitos.
El desafío hacia adelante, entonces, es que cada vez más mujeres puedan integrarse y compartir su visión.