«¿Por qué no utilizar el poder de los bancos para cambiar el mundo?»

Revolucionó al mundo al cuestionar el modelo financiero existente y proponer algo tan sencillo como obvio: una banca ética. Promotor de la economía consciente, el emprendedorismo sostenible y la educación en valores, se convirtió en un referente a nivel internacional en pos del desarrollo sustentable desde los negocios. Oriundo de España, siempre se interesó por América Latina donde busca hacer de la banca ética una realidad. En Mayo pasado visitó la región con una agenda intensa de trabajo con reuniones en Chile, conferencias en el Banco Central de Uruguay, y una participación exclusiva en el Foro de Emprendedores Sostenibles Trabajando (FEST) en Argentina, junto a un fin de semana de Taller de Conciencia. Aprovechamos sus pasos por nuestras tierras para inspirarnos con las palabras de Joan Melé.

“Nos quieren seguir haciendo creer que realmente el mundo es así, que la sociedad es así, que hay un sistema económico que es como es, la banca es como es, y sólo podemos pensar cómo sobrevivimos en un sistema que no se puede cambiar. Y yo vengo a contarles que, no sólo se puede cambiar, sino que hay que cambiarlo ya. Y hay que hacerlo en toda Latinoamérica”. Con estas palabras Joan Antoni Melé Cartañá, conocido popularmente como Joan Melé, da inicio a una de sus conferencias en suelo de América Latina. Nada de simplezas, ni de idas y vueltas, sino que desde el comienzo ya va al foco de la cuestión que le ocupa y le preocupa desde hace más de 35 años: cambiar el sistema de banca imperante, no como una utopía, sino como una realidad necesaria y posible.

Nacido en la bella ciudad española de Barcelona allá por la década del ’50, Melé estudió Matemáticas y Economía en la universidad local, formación que complementó con cursos y seminarios en comunicación, relaciones humanas, técnicas directivas y análisis de riesgos bancarios. A lo largo de esos años, advirtió la necesidad de modificar el sistema financiero vigente en pos de ayudar a los que realmente lo necesitan. “Sabemos que la banca mundial tiene el poder. ¿Pero qué poder? El nuestro. Los bancos tienen el poder que les hemos cedido a cambio de nada, gestionan cientos de miles de millones o billones. Lo que hemos olvidado es que ese es nuestro dinero”.

“Trabajé más de 30 años en la banca convencional y jamás nadie me preguntó qué íbamos a hacer con él. Y es una pregunta fundamental. Uno elige el colegio para sus hijos en función de unos criterios y valores. ¿Por qué cuando llevamos un dinero a un banco no preguntamos nada? Porque tenemos tantas preocupaciones que no nos preocupamos por el dinero. Los Estados ya no tienen poder, los ciudadanos debemos tenerlo. En España han quebrado muchísimos bancos que fueron saneados con dinero público. Ahora quedan pocos bancos, también presentes en América Latina, que tienen más poder que nunca, han hundido a España a la miseria con una política especulativa rotunda y cortado el crédito a los empresarios y emprendedores que tenían proyectos que funcionaban bien. Lo que no puedo entender es que la gente sigue llevando el dinero a los mismos bancos”, expresa.

Por este malestar, por esta búsqueda por cambiar la situación, Melé se convirtió en miembro del Consejo Asesor de Triodos Bank en España, cuya historia rememora: “A finales de los años ’60 en Europa, ya viendo el rumbo que tomaba el mundo de las finanzas y la banca, un grupo de cuatro amigos crearon un banco diferente. Un banco que tuviera como misión o propósito que el dinero de la gente sirva para la gente. Un banco es un intermediario que hace circular el dinero. Mientras yo no necesito usar mi dinero, pues que sea útil para financiar proyectos que también sean útiles a la sociedad, no especulativos para proyectos que destrozan el planeta y a la gente misma”.

Así empezó un camino que -iniciándose en Europa y luego extendiéndose a Estados Unidos, y que hoy tiene más de 30 entidades de bancas éticas en el mundo- encontró múltiples ciudadanos que decidieron decir basta, que ya no querían que su dinero fuera utilizado en contra de sus intereses y valores, sino que se invierta en proyectos con sentido, en cultura, ecología y sociedad, con una base en la transparencia de cada movimiento que se realiza con el dinero de la gente.

Hoy, desde hace más de un año, Melé se dedica pura y exclusivamente a la promoción de la banca ética no sólo en su país de origen sino también, y por sobre todo, en una sociedad que aprecia y le interesa mucho: la latinoamericana. Ahora bien, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de banca ética? Melé lo define del siguiente modo: “Una banca que nace con el propósito de contribuir a un mundo mejor. No busca ganar mucho dinero sino que garantiza que la circulación de ese dinero vaya a empresas y proyectos que aporten un valor a la sociedad. Es decir, que el dinero de la gente sirva para la gente y no para las corporaciones. Mucha gente me pregunta en las conferencias si una banca puede ser ética. La pregunta debería ser al revés: ¿por qué permitimos una banca que no es ética? Ser ético es preocuparte por qué consecuencias tendrán tus actos para el ambiente y para las otras personas”.

Su paso por diferentes países del mundo está acompañado por conferencias que motivan, inspiran y alientan a personas de diferentes edades. Pero también su conocimiento, formación y experiencia se materializa en publicaciones con difusión internacional. En 2009 dio a conocer su libro, que posteriormente desencadenaría un blog, “Dinero y Conciencia. ¿A quién sirve mi dinero?” para reflexionar e iniciar interrogantes sobre aquello tan cotidiano y necesario para satisfacer nuestras vidas. La gran pregunta: ¿es acaso malo el dinero? “El dinero no es malo. Es algo abstracto, es relación entre personas. Antes había trueque, hoy hay dinero, pero sigue siendo intercambio. Es malo o bueno en función de la conciencia que ponemos las personas”, expresa.

En este sentido, Melé no tiene miedo a la hora de ejemplificar el daño que, desde el sector empresario, se está cometiendo, no sólo para con el ambiente, sino también para con la sociedad: “Monsanto en este momento tiene una denuncia de un tribunal internacional por crímenes contra la humanidad. Es decir, no sólo es que están contaminando, sino que están cometiendo crímenes contra la humanidad. Lo que está haciendo Monsanto, lo que están haciendo las químicas, las petroleras, las farmacéuticas, lo hacen con la connivencia de la banca mundial que hoy tiene el poder global. No podemos permitir que con nuestro dinero se financien proyectos que están directamente en contra de nuestros valores. Y lo permitimos porque estamos ignorando lo que se está haciendo”.

Contundente como hombre de negocios, que a la vez se muestra distinto al empresario tradicional, el español confía en las generaciones más jóvenes para hacer sentir su voz y promover un cambio del sistema actual en el que vivimos. Por ello su más reciente publicación “La economía explicada a los jóvenes”. Por ello sus palabras de aliento para que se movilicen: “Debemos sumar fuerzas. Es momento de crear alianzas, de ser coherentes. Que aquello que llevamos en la cabeza y en el corazón, lo llevemos a las manos. Que podamos decir cuando algo no nos gusta, ‘con mi dinero no lo vas a hacer’. Que apoyemos el nacimiento de una banca ética en cada uno de nuestros países y que tome una dimensión importante porque es sano para la sociedad. Debemos realizar un uso consciente de nuestro dinero. Antes de comprar algo, sea ropa o comida, preguntémonos quién lo ha hecho, en qué condiciones, a qué costo, ha dañado el ambiente o no. Y si no estamos de acuerdo en alguno de los valores éticos, no lo compremos”.

Las palabras inspiradoras se acompañan en la práctica con acciones concretas, gracias a la creación de la empresa Taller de Conciencia. Su propósito es acompañar a aquellas personas que quieran contribuir a la construcción de un mundo mejor, a través de un trabajo previo de autoconocimiento y transformación personal que permitirá luego ponerlo en práctica en la sociedad a través de la empresa y la actividad profesional. Melé es contundente al respecto: “Estamos asistiendo a un cambio de civilización. El centro de la vida social es el ser humano, no es el dinero. El mundo se puede mejorar desde una ONG, desde proyectos, desde un hospital, desde una escuela, ¿por qué no desde un banco? Si reconocemos que un banco tiene poder, ¿por qué no utilizar este poder para cambiar el mundo?”.

| Artículo publicado en Revista Ecomanía |

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Tais Gadea Lara • 2 agosto, 2016


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