“Si no hacemos nada, aceleramos los cambios”

(Desde Toronto, Canadá) Es profesor de física y uno de los investigadores en energía más reconocidos de Canadá. Asegura que es ya posible migrar hacia sistemas energéticos renovables y dice que la inversión en petróleo es una muy mala apuesta de cara al futuro. Fracking, cambio climático y el costo de la inacción.

“No podremos manejar la economía si no pensamos primero en el cambio climático”. Así, sin rodeos, Normand Mousseau se pronunciaba días atrás ante más de 700 personas en la ciudad de Toronto, Canadá, en el marco del programa Climate Reality Project liderado por el ex vicepresidente norteamericano Al Gore. Desde su punto de vista, este fenómeno ambiental representa el desafío sociopolítico más importante del siglo XXI y debería estar a la cabeza de las preocupaciones de todos los actores, tanto empresarios, como gobiernos y ciudadanos.

Profesor de física por la Universidad de Montreal y uno de los investigadores en energía más reconocidos de Canadá, Mousseau reconoce la enorme responsabilidad que el sector energético tiene en el calentamiento global, pero se muestra esperanzado sobre el futuro de las energías renovables. Con la contundencia de las cifras y de las argumentaciones científicas, ayuda a entender un poco más por qué el cambio no sólo es climático, sino que también implica –o mejor, debería implicar–un cambio de acción de toda la humanidad.

¿Cuál es la situación actual de la energía en el mundo?

La energía es responsable de aproximadamente 2/3 de todas las emisiones de gases de efecto invernadero realizadas por el ser humano en todo el mundo, por lo que realmente se ocupa del calentamiento global. No podemos evitar ocuparnos de la energía y transformar la manera en la que la utilizamos, y el tipo de energía que estamos usando hoy.

¿Podremos migrar hacia un sistema energético renovable?

Hoy, alrededor del 80% de toda la energía que se utiliza en el planeta viene de combustibles fósiles, es decir, petróleo, carbón y gas natural. La transformación exige desplazar este 80% de toda la energía que estamos utilizando hacia fuentes renovables y bajas en emisión de carbono. Es un gran desafío, pero al mismo tiempo podría decir que lo que hemos visto en los últimos años es esperanzador. Y eso es lo destacable. ¿Por qué? Un ejemplo: una planta de carbón quema tres toneladas de carbón para producir una tonelada de energía en términos de electricidad. Por lo tanto, hay una gran cantidad de energía que se pierde. Pero si se reemplaza esto usando un molino de viento, toda la energía utilizada para hacer rotar el molino resulta en energía. Por lo que es 100% eficiente. Así es como podemos hacer que este cambio sea posible.

Durante este proceso, ¿cuáles son los principales desafíos que tenemos que enfrentar?

Hay dos aspectos en relación con la generación de energía en la actualidad. Por ejemplo, la energía eólica es más barata que cualquier nueva planta que se puede hacer de carbón o gas natural. Es más barato hoy y es increíble en comparación con los años anteriores.  La energía solar es todavía más cara, pero va a bajar muy rápidamente. El problema es que estamos hablando de energías intermitentes, lo que significa que cuando no hay viento, cuando no hay sol, no tenemos energía. ¿Qué hacer entonces en la noche o en el invierno? Este verdadero reto que no se veía hace cinco años es el almacenamiento: ¿Cómo vamos a almacenar la electricidad para entregarla cuando la necesitamos? Para el transporte el desafío es diferente porque utiliza combustibles fósiles. Aquí el reto es cambiar por completo la forma en la que lo usamos.

¿Cómo es la situación energética en Canadá?

Si incluimos la nuclear como una energía baja en carbono, aproximadamente el 26% de la energía utilizada en Canadá es renovable, que es más que Alemania, por ejemplo. Si nos fijamos en la electricidad, el 75% de la que se utiliza en Canadá es renovable o baja en carbono. En esto estamos por delante de casi todos los países del planeta. De alguna manera, deberíamos estar a la delantera del cambio, porque pasar de 75% a 100% es mucho más fácil que empezar de cero. Deberíamos estar allí y cambiar rápidamente, pero no nos estamos moviendo en esa dirección. Y eso que tenemos un montón de ventajas: si nos fijamos en la disponibilidad de energía renovable en Canadá, tenemos suficiente para responder a más de dos o tres veces nuestras necesidades.

¿Cree que el gobierno de Canadá considera el cambio climático y el ambiente como un tema importante de su agenda política?

Eso depende. A nivel subnacional, hay un par de provincias que están haciendo cosas; como Quebec, por ejemplo, que forma parte de un mercado de bajo carbono con California, o British Columbia, que puso un impuesto sobre las emisiones de CO2. El problema es a nivel nacional. Ahí el gobierno se opone totalmente a hacer algo frente el cambio climático y a limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. Todavía hay personas dentro del gobierno que se niegan a reconocer la importancia del calentamiento global. ¡Es increíble! Y también están los otros que dicen que esto no sucederá ya mismo, así que no se preocupan por ello.

En la Argentina estamos discutiendo sobre el fracking y usted ha publicado un libro sobre el tema. ¿Cuál es su opinión sobre esta actividad?

Lo que sabemos es que se necesita agua. No es “el desastre” que algunas personas dicen, pero el problema es que ocupa un montón de tierra, se necesita una gran cantidad de agua y que dejaría en el lugar pozos que estarán allí durante cientos de años. Éste es el problema. También hay una segunda parte, que creo se está perdiendo de vista hoy: los precios del petróleo han caído casi a la mitad en los últimos años porque tenemos un exceso de oferta. Si el resto del planeta se mueve y disminuye su uso de carbón, esto significa que producir más no nos hará ricos. Si usted es productor de petróleo o gas y nadie pregunta por ello, ¿cuánto va a cobrar? Lo que es realmente interesante es que la inversión en petróleo –y decidir que toda una economía se base en la extracción de más y más petróleo, gas y carbón–, es en realidad una muy mala apuesta para los próximos 10 o 20 años. Esto debería influir en la decisión de las personas y los inversores.

Usted también forma parte del mundo de los medios de comunicación, tiene un programa de radio. ¿Cómo cree que debemos comunicar sobre el cambio climático?

Hay dos cuestiones. Lo primero es que la ciencia hoy es muy clara: existe el calentamiento global, y es en gran parte debido a las actividades humanas. Es un hecho. Segundo: el cambio va a suceder, no importa si lo queramos o no. El planeta en 20 años no será el mismo que hoy, ni la economía no será la misma tampoco. Entonces, ¿qué es lo que queremos hacer? ¿Queremos cerrar los ojos a la evidencia e imaginar que el mundo se quedará igual que ahora, y no hacer la inversión para prepararnos? ¿O queremos pasar por delante de la palabra y ser parte de los ganadores? Es tan simple como eso. El calentamiento global está en marcha. Si no hacemos nada, aceleramos los cambios. Estos cambios tienen un costo enorme. Estamos frente a ellos y vamos a pagar por ellos. Podemos cambiar. De hecho, cambiamos todo el tiempo. Mira lo que tienes a tú alrededor, tu celular, tu aire acondicionado, tu auto. Esto no es lo que tenías hace 20 años. ¿Qué pasará en los próximos 20 años? ¿Dónde estarás? Los cambios están teniendo lugar. Así que lo que tenemos que hacer es orientar estos cambios, de modo que al final vivamos en un mundo mejor, donde tengamos una mejor calidad de vida y salud. Tenemos que movilizarnos. La noticia positiva es acerca de cómo movilizarnos frente al cambio climático y que cada vez que decides no hacerlo, vas a estar peor y vas a ir en la dirección que será cada vez más difícil. Creo que esto es lo que tenemos para comunicar. No asustar a la gente. Tenemos que decir que el camino que estamos proponiendo es, de hecho, el único camino razonable para hacer nuestra vida mejor. ¿Quieres una vida mejor o no?

Hoja de ruta

– Normand Mousseau es profesor de Física en la Universidad de Montreal, Canadá, y post-doctorado en la Universidad de Oxford.

– Investigador de renombre a nivel global, ha publicado más de 150 artículos científicos en medios especializados sobre temas de biofísica y materiales complejos.

– Ha escrito varios libros sobre el futuro del petróleo, la independencia energética en Quebec, el shale-gas y la minería de recursos.

– Desde septiembre de 2011, produce y conduce el popular programa de radio sobre ciencia “La Grande Équation” en Radio VM de Canadá.

| Artículo publicado en el suplemento de Gestión Sustentable del diario La Razón |

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Tais Gadea Lara • 31 julio, 2015


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